Verdades cobardes y mentiras piadosas

Generalmente, las mujeres se sienten atraídas por gentiles caballeros, o arrogantes divinos, elegidos previamente, que a su vez corresponden el gusto.
¿Y el gentil caballero busca algo más que un hermoso florero o simplemente por presumir de dama se cree rey de camas?.

Mal pronóstico cuando la dulce dama busca la misma imagen del ex que huyó, o con las características de papá, o simplemente una pareja idealizada. El señor enamorado, se sentirá molesto, frustrado, ofuscado, y se transformará en un monstruo, que sentirá deseos de quemar a la bruja que quiere convertirlo en un novio a control remoto. Su corazón, su mente, sus sentimientos no son arcilla moldeable a la necesidad afectiva de su agrado.

Caso aparte, pero no por ello poco frecuente, es el del caballero que grabado en su escudo de armas, en el dorso, por supuesto, donde solo él o unos pocos puedan conocer, llevan impreso su lema por excelencia “prometer hasta meter”.

Cuando el mamporrero divino por excelencia (llámese Cupido, Eros, Dionisio o su pu!#>a madre) cumple su cometido, surgen incontables despropósitos que, cogiditos de la mano, inundan los paseos dominicales de toda ciudad.

Por ejemplo, existen los denominados amores divos, son esos en los que uno de los componentes de la pareja se quiere mucho a sí mismo a través de los demás. Narcisos vueltos cardos que se deben únicamente a su público, mientras utilizan las más sinceras emociones de la pareja como amplificador para multiplicar el placer que de forma natural se darían.

Amores alfombra, que ocultan aun más mierda de la que se ve. Amores taxidermistas que ellos solos se encargan de matar, ahogar y disecar todo aquello por lo que un día surgió. Amores puente que sólo sirven para preparar la siguiente relación. Y así la lista se podría prolongar casi a tantas relaciones hay. Con especial atención al casi.

Por supuesto, para terminar, no se puede dejar de nombrar el amor monopolar. El no correspondido, mi favorito por excelencia, aquel que acaba convirtiéndose en un suicidio sentimental. ¿Quién no ha intentado hacer volar una cometa sin viento?.


Solo perdurará el amor en el tiempo cuando los deseos inconscientes tengan correspondencia entre si.

El resto son verdades cobardes y mentiras piadosas.